Una tarde en el tibiri. Paseo sonoro en CDMX pt.1
SST se alegra en dar la bienvenida a una nueva bloguera invitada de la Ciudad de México. La joven investigadora Linette Rivera nos lleva a través de un paseo sonoro por dos cunas de la cultura sonidera en la Ciudad de México, el Mercado Jamaica y el Mercado Sonora, para comprobar si los sonideros funcionaban a pesar de las restricciones relacionadas con el Covid-19.
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Las fiestas de sonideros en México son parte de la producción cultural que se vive en los barrios y pueblos originarios de la Ciudad de México. En las celebraciones, los pueblos originarios que aún resisten en la ciudad, el sincretismo es un referente de su identidad. No hay una fecha concreta del inicio del Sonidero, pero se menciona que en el año de 1945 había personas que llevaban sus vinilos, bocinas y tocadiscos, a reuniones sociales [1]. Frecuentes en las celebraciones, los Sonideros acompañan diferentes tipos de festividades desde bodas hasta santorales. En la Ciudad de México existen barrios que son considerados cunas sonideras, debido a su legado social y cultural. La Merced, Peralvillo, Azcapotzalco, La Guerrero, Iztapalapa y Peñón de los Baños son solo algunos ejemplos por mencionar. Las Vecindades han sido lugares importantes donde el Sonidero a amenizado con su música las fiestas [2]. Las vecindades antiguas han desaparecido de la metrópoli, pocas siguen de pie, otras han sido reestructuradas y en sus patios continúa la práctica Sonidera. El sonidero también toma las calles y transforma el paisaje urbano en una pista de baile.
Tibiri es el nombre que se usaba para llamar a las fiestas de sonideros alrededor de los años setenta en la Ciudad de México [3]. El siguiente texto es un intento por describir el ambiente sonidero que aún persiste hoy en día en algunos barrios. Estos barrios tienen un patrimonio cultural fascinante, algunos estuvieron habitados desde el período prehispánico, hoy en día sobreviven a la gentrificación. El día 23 de septiembre se realizó una breve visita a los mercados de Jamaica y Sonora. El 24 de septiembre a la Merced dentro de la ciudad de México. La visita se realizó para verificar si los sonideros estaban amenizando bailes durante las restricciones por parte de las autoridades locales debido a la pandemia de covid-19.
El 23 de septiembre visité el mercado de Jamaica. El mercado de Jamaica es uno de los mercados más famosos de la ciudad porque allí se puede encontrar una amplia variedad de productos, pero hay un área especial dedicada a las flores, por lo que se conoce como el mercado de las flores. Un arco hecho de globos decoraba una de las entradas al mercado. Se toma la temperatura y se proporciona desinfectante en la puerta antes de mi entrada. Un grupo de mariachis visitaba los diferentes altares dentro del mercado para ofrecer serenata a la Virgen de Guadalupe. En el mercado no vi alguna celebración musical como de costumbre, le pregunté a una comerciante al respecto, ella respondió que las autoridades locales prohibieron los bailes, por lo cual el mercado no organizó ninguna actividad para evitar un cierre total. Me menciono que el mercado de Sonora se inauguró en la misma fecha por lo cual decidí visitar el mercado de Sonora. Era una buena hora; me tomaría veinte minutos llegar a Sonora; así que salí del mercado y caminé hasta la avenida Congreso de la Unión para tomar un autobús hacia el metro Fray Servando.
Llegué a la avenida Fray Servando, así que caminé hacia el mercado. El mercado de Sonora es uno de los mercados más visitados de la Ciudad de México. Mientras caminaba, las tiendas y los puestos callejeros funcionaban como siempre. Cuando llegué a la esquina del Callejón de San Nicolás; giré a la izquierda y caminé hacia el auditorio del mercado de Sonora; buscando el baile tradicional de concheros que se organiza al exterior justo enfrente de la entrada del auditorio. Mientras continue caminando entre los puestos de hierbas medicinales y santería no pude ver nada. Ninguna celebración se llevaba a cabo.
Cuando llegué a la calle Canal de la Viga pude percibir a distancia el sonido de cumbia. No había ninguna señal visual para reconocer un baile sonidero en la calle. Seguí buscando de dónde provenía el sonido. Sobre la banqueta vi tres bocinas colocadas en la entrada de una vecindad y una multitud de personas bailando. El Banquetazo [4] tenía un buen ambiente la gente estaba disfrutando del ambiente. Pensé que la música en ese momento era solo un mp3, tal vez reproducido por un comerciante. Pregunté a un hombre a mi lado si había un Sonidero en la fiesta.
El asistente confirmo que estaba amenizando un Sonidero, y señaló hacia el final del pasillo de la vecindad, donde el Sonidero estaba tocando. De momento me sentí insegura de pasar, ya que era una extraña en el lugar. Decidí saludar a las personas que atendían una barra provisional instalada en el pasillo y les dije ¡con permiso! para continuar el camino. Al final de la sala había dos hombres seleccionando música usando una mezcladora, micrófono, dos reproductores de cd, un monitor, cd’s, y un amplificador. Pregunté si podía tomar algunas fotos, aceptaron, y comencé a capturar algunas imágenes. Uno de los hombres me parecía familiar, era Luis para mi sorpresa un viejo compañero de clase que no veía desde hace años. Empezamos a hablar y me preguntó si me gustaría conocer a su primo Ramón quién vive allí y ha estado en la cultura Sonidera desde que era un adolescente. Luis comento que aún conserva equipo y algunos son viejos. Acepté, así que me llevaron dentro de la vecindad.
Al fondo del pasillo de la vecindad estaba el espacio de Ramón Hernández. Acogió mi visita, me invitó a pasar y me mostró parte de su equipo que conserva con verdadero cariño. Ramón explicó que gracias a sus conocimientos sobre dibujo técnico algunos de sus accesorios fueron creados por él. Pintó su logotipo en la superficie de las trompetas y pinto su logotipo sobre un viejo trozo de madera. Sonido Pirata es el nombre de su sonido. Me encantan las historias de piratas, así que el barrio llamó a mi sonido “Sonido Pirata”.
Un tuitera colgada del techo, es una de sus creaciones con una cubeta de plástico. Ramón recuerda que hizo algunos de sus accesorios porque no tenía suficiente dinero para comprar equipo a una edad muy temprana. Recicló la madera de muebles que se tiraban a la calle para crear los cajones para sus bocinas. Ramón aseguró que para ser Sonidero hay que nacer como Sonidero: ‘El Sonidero nace, no se hace’. Su pasión por tocar música comenzó cuando era solo un niño. En las fiestas de su vecindad, recuerda que de pequeño salía de su casa y se dirigía al patio donde el Sonidero tocaba algo de música. Recuerda que algunos sonideros usaban huacales, donde colocaban las bocinas y se colgaban en la pared. Sin embargo, su padre lo regañaba cuando él se salía de su casa sin permiso y se acercaba con curiosidad al sonidero, lo regresaba a casa ya que pensaba que el Sonidero no era un ambiente apropiado para un niño. Fascinado con la música y el equipo que observaba, decidió tener un sonido y tocar en las fiestas. Sus abuelos vivieron en este barrio hace mucho tiempo; cuando la tierra era un campo de cultivo. Su padre fue traído a este barrio, cuando él apenas había nacido y su madre fue traída a los tres años. Ramón es muy conocido en el barrio del Sonora, ya que ha estado viviendo y trabajando aquí desde que era un niño. Después de escuchar su historia, volví a la fiesta. Como invitada, pude capturar algunas imágenes esa tarde de los sonidos amenizando y a los asistentes en la pista de baile.
Sonido Pirata toca y organiza el baile como cada año, este 2021 no fue la excepción; incluso cuando las autoridades locales prohibieron los bailes o cualquier tipo de festividad en la ciudad. También Sonido Son Tepito y Sonido Que Pango tocaban en el baile. Como describo anteriormente, las bocinas estaban ubicadas en la entrada de la vecindad, los reproductores de cd estaban en la mesa que se encontraba en el pasillo dentro de la vecindad para evitar que la policía confiscara su equipo. Más tarde se decidió colgar una bocina mejor conocida como trompeta, en un poste de la calle para aumentar el volumen de la música y asi lograr un mejor sonido para la asistencia que se encontraba en el baile. Era un ambiente familiar y relajado; los asistentes bailaban y disfrutaban del baile; la mayoría de ellos se conocían. Después de veinte minutos una patrulla llegó a la calle y ordenó retirar la trompeta y las bocinas de la banqueta. La gente siguió conviviendo sin ningún problema en el baile.
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Linette Rivera es estudiante de Lingüística en la Escuela Nacional de Antropología e Historia en la Ciudad de México. Se interesa en las culturas de sound system y la música reggae.
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References
[1] Sonido Sonoramico in La Historia de los Sonidos Documentary, https://youtu.be/RCETQAkc6fA
[2] Lugar donde cohabitan familias de la clase trabajadora y se comparten áreas comunes como patio, lavaderos o baños.
[3] Daniel Santos acompañado de La Sonora Matancera cantando El Tibiri Tabara.
[4] Cuando la gente se apropia de la banqueta, un espacio público, para bailar o tomar.